Dark Mode Off / On

En pasados días que estuve indispuesta y me prometí varias cosas para cuando sanara y estuviera al 100% recuperada de nuevo.   Hoy me pregunto si de verdad tomé compromisos serios o solo fue por el malestar que sentía.   El poder de la palabra es para mí algo tan serio y fundamental en la vida que solo por eso deseo profundamente cumplir con lo que me comprometí.

Es fácil hacer promesas con un sentido de urgencia cuando nos sentimos rebasados por la salud, emociones o algo que no controlamos.  Cuando llega el momento de cumplir la palabra empeñada a veces cuesta trabajo.  ¿Te ha pasado alguna vez o solo me pasa a mí?

Nuestra palabra es un tesoro, algo tan valioso y a menudo somos los primeros en olvidarlo.  Me cuestiono que, si nosotros no hacemos valer lo que decimos, ¿entonces quien lo hará?  ¿Cómo podríamos sentirnos respetados si no podemos respetarnos primero?

LEER COLUMNA COMPLETA AQUÍ…